
Beijing fue una ciudad de contrastes. Por un lado la historia, la cultura, grandes palacios, la muralla china, en fin… maravilloso. No hay palabras para describirlo. Impresionante. Sin embargo, por otro lado, una ciudad gris, triste, en la que no nos trataron muy bien. Imposible comunicarse, muy poco gentiles con los turistas. Sabores, olores y costumbres a las que no nos pudimos acostumbrar (en especial con su fascinación por escupir siempre, todo el rato, sea dónde sea). Para ellos pasamos a ser figuras curiosas también, sobre todo el Memo. Lo encontraban parecido a Sadam Hussein??? (quien había muerto hace sólo un par de días) La gente se daba vuelta en la calle para mirarlo. Genial.
Como ven, Beijing no nos dejó indiferentes. Pasamos allá un año nuevo distinto, que no olvidaremos (éramos los únicos que lo celebrábamos). A pesar de todo y del frío polar, el balance es definitivamente positivo. Qué ganas de volver!
Aquí algunas fotos.
Ale.
Como ven, Beijing no nos dejó indiferentes. Pasamos allá un año nuevo distinto, que no olvidaremos (éramos los únicos que lo celebrábamos). A pesar de todo y del frío polar, el balance es definitivamente positivo. Qué ganas de volver!
Aquí algunas fotos.
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